top of page

¿Cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS) ?

Conoce todo lo que tienes que saber sobre las ETS

Toda persona que tenga contacto sexual con otra persona, puede contraer una infección de transmisión sexual. Es posible que las personas con una infección de transmisión sexual no presenten síntomas y no sepan que la tienen. Los síntomas de una infección de transmisión sexual pueden variar, desde secreción vaginal e irritación leve, hasta dolor intenso.


Son producidas por bacterias o virus. Para tratar las infecciones provocadas por bacterias se usan antibióticos y tienen una cura. Sin embargo, las que se producen por virus no se pueden curar, aunque es posible tratar los síntomas, teniendo un riesgo de recurrencia en los síntomas o las lesiones.

Gonorrea y clamidia

La gonorrea y clamidia son enfermedades que se producen a causa de bacterias. Estas dos infecciones pueden ocurrir al mismo tiempo, con frecuencia no producen síntomas. Cuando se producen síntomas, estos pueden aparecer de 2–21 días (3 semanas) después de haber entrado en contacto con una persona infectada.


Los síntomas son, entre otros:

  • Secreción de la vagina de la mujer o el pene del hombre

  • Dolor al orinar o necesidad frecuente de orinar

  • Dolor pélvico leve o cólicos, que no se relaciona con el periodo menstrual

  • Ardor o comezón (picazón) en el área de la vagina

  • Sangrado entre períodos menstruales o sangrado posterior a las relaciones sexuales.

Cuando no se trata la clamidia y la gonorrea, puede ocurrir lo que se conoce como una enfermedad inflamatoria pélvica en la mujer. La enfermedad inflamatoria pélvica es una infección que afecta el útero, las trompas de Falopio y los ovarios.


Esta enfermedad puede causar infertilidad. Los síntomas de la enfermedad inflamatoria pélvica son fiebre, náuseas y vómitos, y dolor en el abdomen. La gonorrea y la clamidia se tratan con antibióticos.


Virus del papiloma humano

El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes y es una infección que no te debes de alarmar. El que presentes esta infección no significa que tienes cáncer. Pero es importante tener un seguimiento más frecuente ( papanicolaou y colposcopia), para determinar el manejo a seguir.


Al igual que con muchas infecciones de transmisión sexual, a menudo no hay signos del VPH genital. Sin embargo, algunos tipos de este virus producen verrugas. En las mujeres, estas verrugas pueden aparecer en la vulva, vagina, cuello uterino y ano. En los hombres, pueden aparecer en el pene, el escroto, el ano o en cualquier lugar del área genital.


A veces las verrugas desaparecen por su cuenta. Cuando eso no sucede, hay varios tratamientos disponibles para tratar las verrugas. No obstante, nunca se deben usar medicamentos sin receta en las verrugas genitales.


Aunque se hayan curado las verrugas, es posible que el virus esté presente, ya que puede permanecer en el cuerpo durante semanas o años sin producir síntomas.


En algunas mujeres, ciertos tipos del VPH pueden dar lugar a cambios anormales en el cuello uterino que pueden causar cáncer. Estos cambios se identifican por medio de la realización del papanicolaou y colposcopia.

Hay una vacuna disponible que protege contra los tipos del VPH que producen la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino, precáncer y verrugas genitales.

Sin embargo, la vacuna no protege contra todos los tipos del VPH, por lo que deben continuar realizando el papanicolaou y colposcopia, aún si tienen la vacuna.


La edad ideal para vacunar a las niñas y los varones contra el VPH es a los 11 años o 12 años, aunque se puede administrar la vacuna desde los 9 años hasta los 26 años de edad. En meses recientes, el fabricante autorizó el uso en pacientes de hasta 45 años de edad, sin embargo recomiendo aplicarla hasta los 35 años de edad y se debe individualizar cada caso.



Herpes genital

El síntoma más común de herpes es la presencia de ardor o " punzadas" en la zona genital y posterior aparición de una "llaga" o "granito" que aparece en los genitales. Estas llagas tienen aspecto de manchas rojas o ampollas, y pueden durar de unos días a varias semanas.


Aunque los síntomas desaparecen por su cuenta, existe un alto riesgo de brotar nuevamente, ya que el virus permanece en el organismo.


El tratamiento puede ayudar a sanar las llagas, pero no destruye el virus. Por lo tanto, una vez que se infecta con herpes, es posible transmitir la infección a otras personas, incluso sin presentar las lesiones. El tratamiento disminuye el dolor, las llagas, el tiempo de aparición e incluso la posibilidad de infectar a otras personas, ya que la infección es posible, en ausencia de úlceras o llagas.


Se recomienda reiniciar actividad sexual, por lo menos 2 semanas posterior a terminar el tratamiento antirretroviral.



Virus de inmunodeficiencia humana

El VIH causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). La tasa de infección con el VIH está aumentando con mayor rapidez entre las mujeres que tienen relaciones sexuales con hombres.


El VIH entra en la sangre por medio de líquidos corporales. Una vez que se encuentra en la sangre, el virus invade y destruye las células del sistema inmunitario, que es la defensa natural del cuerpo contra las enfermedades.


El VIH debilita el sistema inmunitario, lo que puede causar el SIDA. Cuando una persona tiene SIDA, su sistema inmunitario está tan debilitado que otras enfermedades potencialmente mortales, como ciertas infecciones o cáncer, pueden ocurrir.


Si bien no hay cura para el VIH, su tratamiento puede prevenir o retrasar el comienzo de SIDA, el cual puede ser mortal.



Tricomonas

La vaginitis por tricomonas es una enfermedad producida por un parásito microscópico que se transmite por medio de las relaciones sexuales. Es posible curar esta enfermedad con tratamiento. Muchas personas no presentan síntomas o molestias, por lo que la infección es frecuente. Cuando se presentan síntomas, estos son, entre otros, secreción de color verde o espumosa, comezón (picazón) vaginal y enrojecimiento de la vagina.


El tratamiento es con antibiótico y se debe ofrecer tanto a la mujer como a la pareja.


Hepatitis

La hepatitis es una infección grave del hígado producida por un virus. Hay dos tipos de hepatitis (B y C), que se transmiten sexualmente. Estos pueden transmitirse por medio del contacto directo con líquidos corporales (sangre, semen, líquidos vaginales y saliva) de una persona infectada. Es posible prevenir la infección con hepatitis B mediante una vacuna, pero no la de hepatitis C.


Muchas personas infectadas con hepatitis B o hepatitis C se recuperan totalmente. Sin embargo, con el tiempo, algunas personas padecen infecciones crónicas del hígado, lo que puede causar cirrosis.



¿Cómo protegerse contra las infecciones de transmisión sexual?

Existen muchas maneras en que puede reducir el riesgo de contraer una infección de transmisión sexual:


Limita el número de parejas sexual: El historial de tu pareja sexual es tan importante como el tuyo. Mientras más parejas tengas tú o tu pareja, mayor será el riesgo de contraer una infección de transmisión sexual.

Use un condón de látex o de poliuretano: Usar un condón cada vez que tengas sexo vaginal, oral o anal reduce las probabilidades de infección. Los condones lubricados con espermicidas no ofrecen una mayor protección. Además, el uso frecuente de ciertos espermicidas puede aumentar el riesgo de contraer el VIH.

El sexo anal conlleva un riesgo mayor ya que los tejidos del recto se desgarran con facilidad. Finalmente vacunarse puede prevenir eficientemente la infección por hepatitis B y el VPH, este último virus de gran prevalencia en la población.



☎️ (229) 375 46 90

📍Hospital Español de Veracruz - Consultorio Oeste 12

Av. 16 de Septiembre 955, Ricardo Flores Magón. Veracruz, Ver.

📷Instagram: dr.davidzarate

https://www.doctordavidzarate.com/

214 visualizaciones0 comentarios
bottom of page